lunes, 13 de junio de 2011

Camino Inca a Machupicchu Una maravilla del mundo

Por qué no hay una basílica, catedral, iglesia o capilla en el Macchu Picchu? Sencillo. La montaña sagrada fue hasta principios del siglo pasado, el secreto mejor guardado de los quechuas. Los conquistadores españoles no tocaron a esta maravilla porque jamás se enteraron de que existía. Al lo mejor los dioses, obraron para que esto ocurriera.

Lo cierto es que este año los ojos del mundo se posaran en este emblemático destino de Perú, en el marco de la celebración de los 100 años desde que el explorador y catedrático de historia, el norteamericano Hiram Bingham, siguiendo la pista de los incas de Vilcabamba, escuchó en Cusco los rumores de la existencia de unas singulares construcciones.

Siguiendo a sus guías, Bingham llegó a Picchu un 24 de julio de 1911. Allí encontró a dos familias de campesinos trabajando en un cultivo. Uno de los niños campesinos condujo al explorador al lugar contiguo –seguramente su zona de juegos– que, para su asombro resultó ser la famosa ciudadela.

Tras una limpieza inicial del lugar, totalmente cubierto de vegetación, Bingham decidió contactar a la Universidad de Yale y a la Fundación National Geographic para que auspiciaran el enorme trabajo que sería la limpieza y excavación. De hecho, esto duró de 1912 a 1915, estudiándose, además de los restos arqueológicos, la geología, fauna y flora del lugar.

El material extraído -que incluía huesos, momias humanas adornadas, objetos de oro, cerámicas talladas, entre otros artículos- fue trasladado por el explorador a la Universidad de Yale, con la autorización del gobierno peruano, en calidad de préstamo para estudiarlos.

Machu Picchu fue dado a conocer al gran público mundial en abril de 1913, cuando le dedicada la edición de aniversario de la revista National Geographic. De inmediato causó sensación.

Diez años después, las fotografías de Martín Chambi y Juan Manuel Figueroa, recorrieron el mundo y generaron el interés masivo entre los peruanos quienes convirtieron a la recién aparecida ciudad en un símbolo nacional.

En 1928 se completó el tramo del ferrocarril que acercó Cusco al complejo, aunque, por las dificultades del terreno, tuvieron que pasar 20 años para que una vía completara el camino. Antes de eso, en 1939 una expedición científica estudió y limpió el Camino Inca, que constituye la vía alternativa de acceso. Por estas rutas, es que cada vez más viajeros de todo el mundo visitan el Machu Picchu, confirmando que es el principal destino turístico de este país suramericano.

Paso a paso, instrucciones para llegar

La oficina de turismo de Perú ha divulgado a través de su presentación “Cusco el centenario del Machu Picchu” algunos detalles que es preciso conocer antes de planificar la visita:

1. Para llegar a Machu Picchu, a menos que se quiera hacer a pie el Camino Inca, es necesario tomar un tren en Cusco, el cual recorre en unas cuatro horas los 110 kilómetros hasta el pueblo.

2. Se puede optar por el lujoso vagón Hiram Bingham, que incluye guía y comida gourmet, o bien por alguno de los otros servicios que ofrecen Perú Rail, Inca Rail y Andean Railways en varios precios, y que pueden tomarse también desde Ollantaytambo. Los ocho kilómetros que separan el pueblo del complejo son cubiertos por una flota de autobuses.

3. Machu Picchu Pueblo, un curioso lugar construido en función al turismo, es más conocido como Aguas Calientes por sus baños termales. El viajero puede relajarse y mejorar su salud sumergiéndose en aguas sulfurosas que brotan de la tierra cargadas de sustancias medicinales. Es en Machu Picchu Pueblo donde la mayor parte de visitantes pasará una o varias noches.

Aquí se encuentran desde albergues rústicos hasta hoteles de lujo, como el Sumaq (http://www.machupicchuhotels-sumaq.com), el Hatuchay Tower (http://www.hatuchaytower.com/) o el Inkaterra (http://es.inkaterra.com/en/machu-picchu), además de alternativas ecológicas como el pequeño Rupa Wasi Condor House Eco Lodge (http://www.rupawasi.net/).

4. Quienes no quieran separarse de la ciudadela preferirán alojarse en el Machu Picchu Sanctuary Lodge (http://www.sanctuarylodgehotel.com.pe/), único hotel con vista al sitio arqueológico.

5. Si se quiere disfrutar de la exquisita gastronomía peruana, novoandina e internacional, los restaurantes y cafés de todos los hoteles mencionados son excelentes opciones. Varios de ellos ofrecen también clases de cocina. Nuevamente, Machu Picchu Pueblo nos presenta alternativas de todo tipo y precio, incluyendo pequeños puestos tradicionales junto a los rieles de la estación.

6. Para ingresar al complejo arqueológico es necesario adquirir una entrada, lo cual puede hacerse previamente vía Internet (http://www.machupicchu.gob.pe/) a un costo de S/. 64 para nacionales y S/. 126 para extranjeros (unos US$ 45), con tarifas especiales para estudiantes.

7. La mejor manera para apreciar todos los detalles de la ciudadela es dormir en el pueblo y llegar muy temprano. Lo primero que se observará es la zona agrícola con sus andenes, pudiendo contemplar todo el complejo desde el puesto de vigilancia. La periferia alberga también el cementerio y una roca ritual. Dentro de la zona urbana se encuentran puntos de importancia religiosa como el Templo Principal, Templo de las Tres Ventanas y el Templo del Sol, bajo el cual se encuentra un mausoleo. También son destacables la Roca Sagrada y el Intiwatana.

8. La alternativa para llegar en tren es el Camino Inca a Machu Picchu, la ruta de “trekking” más conocida del Perú. El recorrido más popular es el de cuatro días, partiendo de las ruinas de Llaqtapata y pasando por varios centros ceremoniales. Se recomienda entrar al amanecer a la ciudadela, pues se dice que la vista de esta desde Intipunku (‘Puerta del Sol’) es absolutamente inolvidable.

9. Una opción más ligera es ir sólo desde el pueblo a Wiñay Wayna, un pequeño complejo urbano de gran belleza situado a unas tres horas y media por el mismo camino. En cambio, quienes se inclinen por una alta exigencia física pueden tentar la caminata de ocho días, que pasa por las laderas del nevado Salkantay.

10. Al norte de Machu Picchu, el imponente Huayna Picchu también guarda vestigios. Uno de los caminos inca que salen de la ciudadela conduce a la parte posterior del cerro donde se encuentra el llamado Templo de la Luna. En realidad se trata un conjunto de cuevas adornadas con bloques de piedra magistralmente tallados, formando portadas y nichos, y que posiblemente haya sido un mausoleo. De la bifurcación del camino inicial se desprende una estrecha y empinada escalinata tallada en la roca del cerro y que conduce a su cima.

Ahí, entre los restos de otras construcciones, se accede a una vista privilegiada de la ciudadela, el río Urubamba y el nevado Salkantay. Entre los muchos atractivos que ofrece la zona para los amantes de la naturaleza, destaca el camino de orquídeas del hotel Inkaterra, en Machu Picchu Pueblo. Con sus 372 especies, esta es considerada la más grande colección privada de orquídeas en su entorno natural. El ecosistema de bosque nuboso, sobre todo entre los meses de diciembre a marzo, es particularmente apto para el desarrollo de estas peculiares flores. También se puede apreciar orquídeas en varios tramos del Camino Inca.

Año de celebraciones

Este 2011, por iniciativa del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, ha sido declarado oficialmente como “Año del Centenario de Machu Picchu para el Mundo”. En palabras del presidente de la República, Alan García, “recordando el hallazgo científico que permitió al mundo conocer esta maravilla reconocida por la humanidad, y cuyas piezas extraídas en excavaciones serán devueltas a partir de marzo a nuestra patria”.

Como no podía ser menos, el estado peruano se ha comprometido a realizar actividades durante todo el año. Cinco ministerios y otras instituciones oficiales se han involucrado, junto con representantes del sector privado turístico a nivel nacional, todo bajo el impulso del Viceministerio de Turismo y el Gobierno Regional del Cusco.

A tales efectos se ha diseñado un programa de actividades, apuntando no sólo a celebraciones y acciones de promoción a nivel nacional e internacional, sino a resaltar la importancia de Machu Picchu desde los ángulos cultural, educativo o medioambiental.

El 7 de julio, día oficial del Santuario Histórico de Machu Picchu, se presentará una ceremonia especial en la misma ciudadela. Será un concierto a cargo de Sting y el tenor Juan Diego Florez. Estas celebraciones y actividades alusivas apuntan a conmemorar la grandeza de la cultura Inca, centrándose en lo que hasta hoy reconocemos como su manifestación material más destacada.

La magia de “la ciudad perdida”

Durante la época Inca, Machu Picchu fue habitado por un grupo de miembros de la familia real –o panacas– de Pachacútec, junto con trabajadores agrícolas y artesanos, en su gran mayoría mujeres, traídos de distintas partes del imperio. Se comunicaba con otros pueblos de la región a través de ocho caminos, por los cuales llegaban los productos necesarios para complementar la alimentación de sus residentes.

“Era una zona exclusiva de la realeza inca, y nadie sabe hasta el momento cómo desaparecieron. Hay varias teorías, se fueron porque supieron de la llegada de los conquistadores, por la falta de suministros, se habla de un suicidio colectivo, y de que fueron absorbidos por tribus del Amazonas”, comenta el guía turístico Roberto Rocafort.

Los cierto es que el área abarca 32,592 hectáreas, e integra en este espacio un fabuloso jardín botánico con 402 especies de plantas, de las cuales 123 son variedades de orquídeas, las que se suman a otros 425 tipos dispersas por toda la región del altiplano peruano.

El Machu Picchu queda a 11 mil pies de altura, lo que la adaptación del cuerpo al proceso de oxigenación especial es algo verdadero que se debe advertir. “Lo mejor es viajar liviano, ingerir comida liviana, tomar agua en exceso y un té de coca que te ayuda a sobrellevar la condición de la altura”, terminó diciendo Rocafort.

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